El Cuadro de Mando
  Ubicación del Controller en el Organigrama este

Existen numerosas posibilidades de ubicar al Controller dentro de la pirámide jerárquica empresarial, como por ejemplo la práctica generalizada que se lleva a cabo en España, de manera que el Director Financiero de la empresa realiza las funciones del Controller y alguna otra más que posiblemente ni siquiera sería específica del área económico-financiero... por esta razón, la alternativa anterior no es la más idónea, debido a que haría subordinar objetivos informativos a otros mucho más específicos de la Dirección Financiera y, por otra parte, se solaparían las tareas a gestionar.

Aquellas situaciones en las que el Controller queda encuadrado en los niveles inferiores de responsabilidad como son las subdirecciones funcionales, presentan, a nuestro juicio, una escasa factibilidad, e incluso una alta inviabilidad, ya que no permiten en ningún caso una autonomía plena de esta figura, impidiendo claramente la existencia de una coordinación global y evitando siempre una verdadera supervisión de toda la empresa.


Pensamos que la excelencia en el control se consigue primordialmente en los niveles superiores, poniendo de manifiesto la coexistencia de una relación de asesoramiento continuado a la Dirección. Fundamentalmente, el Controller en esta situación puede desarrollar cualquier tipo de función. Allí se le otorga unas responsabilidades muy acordes con los cometidos que ya le habíamos consignado. Sobre todo, su poder de decisión a ese nivel es considerable, teniendo presente el apoyo que tiene por parte de la Alta Dirección.

Desde esta situación privilegiada, tiene una visión global de toda la empresa, posee una libertad total de movimientos, e incluso puede coordinar con más facilidad todas las Direcciones y áreas funcionales que se supervisan desde la Dirección General.

Sin embargo, el contacto con los niveles inferiores es limitado, estableciéndose así una necesidad de regulación en dicho estatus que, en el mejor de los casos, conllevaría a que algunos mandos intermedios desarrollasen funciones de coordinación y distribución de la información, no siendo este su objetivo, y produciéndose evidentemente un menoscabo en sus funciones principales. Asimismo, con esta estructura se pierde fluidez e información. Es cierto que cuando se presenta un esquema de características como estas, se disipa la idea de centralización informativa.