El análisis Económico - Financiero

Citar como: Fernández López, S. (2001): "El análisis Económico - Financiero", [en línea] 5campus.com, Análisis Financiero <http://www.5campus.com/leccion/analfin> [y añadir fecha consulta]

 

I. LAS RATIOS ; CONCEPTO, UTILIDAD Y ADVERTENCIAS

            Las ratios “son relaciones relevantes entre dos magnitudes, simples o agregadas, cuyo cociente resulta más significativo que cualquiera de ellas por separado”. Por ejemplo, el saber que una empresa tiene un activo circulante de 200 y un pasivo de 100, no nos aporta apenas información, en cambio si calculamos el cociente activo circulante / pasivo circulante, comprobamos que dicha empresa tiene un fondo de maniobra positivo. Constituyen así una forma útil de recopilar grandes cantidades de datos financieros y comparar la evolución de las empresas.

            Para que las ratios sean explicativas se requiere, al menos, uno de los dos tipos de comparaciones siguientes (ver Figura 1):

a)   intraempresa (análisis dinámico): compara la ratio actual con las pasadas (para conocer la evolución) y/o con las previstas (para conocer las causas de posibles desviaciones)

b)   interempresas (análisis estático): compara las ratios de la empresa con las de otras similares o con la media del sector. Una advertencia en este sentido es que dado que no existen dos empresas iguales hay que tener en cuenta las particularidades y circunstancias de cada una.

 

Figura 1: Tipos de análisis.

 

Fuente: Elaboración propia.

            El análisis con ratios tiene como punto de partida los documentos contables. Ahora bien, dicha documentación ha de ser depurada convenientemente para que refleje el auténtico estado real de la empresa. Por ejemplo, no se deberían considerar aquellos resultados consecuencia de actividades extraordinarias de la empresa, porque de cara a tomar decisiones no podemos basarnos en resultados que no sean habituales. De la misma forma es necesario eliminar del balance determinadas partidas que reflejan situaciones que ya no tienen trascendencia de cara a la gestión como el fondo de comercio o los gastos de establecimiento. En definitiva, nos manejaremos a un nivel tan elemental como el que recogemos en el Cuadro 1 ya que cualquier empresa podría simplificar sus cuentas hasta dicho nivel de agregación.

Cuadro 1: Cuentas anuales.

CUENTA DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS

BALANCE

Fuente: Elaboración propia.

A la hora de interpretar los resultados obtenidos es necesario tener siempre muy presentes las advertencias  resumidas en el Cuadro 2:

Cuadro 2: Inconvenientes de las ratios.

·       Las ratios ayudan a plantearse la pregunta adecuada, raramente la responden.

·       Necesitan siempre un punto de referencia, por si mismas no dicen nada, de ahí la necesidad de una comparación interempresas o intraempresa.

·       Existen un gran número de ratios, por ello es importante ser selectivo. Se trata de calcular aquellos efectos realmente importantes para la empresa.

·       Además hay que considerar la magnitud de las cifras básicas, por ejemplo, puede que el crecimiento en ventas de A sea un 10% y el de B un 30%, aparentemente B se encontraría en mejor situación, ahora bien, la interpretación es distinta si A parte de unas ventas de 50.000 y B de unas ventas de 1000.

·       Debido a que las razones son numéricas, se tiende a considerarlas representaciones exactas, sin embargo no debemos olvidar que se basan en  información contable como fallidos o amortizaciones que varían enormemente dependiendo de los criterios adoptados.

Fuente: Elaboración propia.

 

2. ¿POR QUÉ UN ANÁLISIS ECONÓMICO Y UN ANÁLISIS FINANCIERO?

            El objetivo de la función financiera es la maximización del valor de la empresa para sus propietarios, por tanto, si ésta es la meta principal partiremos de la misma a la hora de estudiar cuáles son las ratios más utilizadas. La rentabilidad del accionista se mide a través de la rentabilidad de los recursos propios, también conocida como rentabilidad financiera que, aunque más tarde explicaremos con detalle, es el cociente entre el beneficio después de impuestos (BDT) y los recursos propios (RP). Si comenzamos a operar con esta razón llegamos al resultado de la Figura 2 (donde A.T. =activo total, D = recursos ajenos e i = coste de los recursos ajenos).

Figura 2: Componentes de la rentabilidad financiera.

Fuente: Elaboración propia.

En definitiva, la rentabilidad sobre recursos propios es función de la rentabilidad de los activos de la empresa, por lo que será necesario llevar a cabo un análisis económico (epígrafe tercero y quinto); de la forma de financiación, por tanto, es preciso realizar un análisis financiero (apartado cuarto y quinto); y del impuesto de sociedades, por lo que habría que realizar un  análisis fiscal cuyo ámbito escaparía al contenido de esta lección. Si además la empresa cotiza en bolsa, sería necesario un  análisis bursátil, campo que también sobrepasa el contenido de este tema. Nosotros abordaremos siempre estos análisis desde la perspectiva del riesgo y de la rentabilidad.

            El esquema de la Figura 2 nos sirve para introducir nuestra forma de operar: comentamos ya que las ratios ayudan a plantearse cuestiones, nunca las responden, por ello nosotros comenzaremos desde las ratios más generales y las iremos diseccionando hasta llegar a las más particulares. Para su estudio nos ayudaremos del caso Padua cuya resolución viene en las hojas de cálculo anexas.

            Una última advertencia al lector, por si ya fuesen pocos las ratios que se utilizan, existen numerosos nombres para una misma razón, por ello, lo de menos es el nombre que reciben las ratios y lo importante es el contenido de las magnitudes que se comparan.

 

 

- CASO PADUA -

 

En estos momentos la empresa Padua S.A., ampliamente asentada en Italia, está estudiando la posibilidad de introducirse en España. Padua se dedica a la fabricación de sémola de trigo. La compañía quiere iniciar sus operaciones en el mercado español con la fabricación de una sémola especial que permita el desarrollo posterior de pastas “al dente”. Para ello piensa adquirir una firma española que presenta problemas de liquidez y cuyos dueños, están planteándose venderla, AVENUS.

AVENUS es una empresa de origen familiar que lleva funcionando 30 años. En la época de crecimiento económico, AVENUS adquirió una dimensión importante. Sin embargo, Don Eladio, director y propietario de la misma no estaba preparado profesionalmente para competir con las nuevas tecnologías que han ido entrando en el sector. Ha incorporado reformas que han parcheado las debilidades de la empresa y buenas parte de sus decisiones se han basado más en la experiencia personal que en un análisis detallado de la situación. Después de haber sufrido una amenaza de infarto, lo único que desea es jubilarse.

AVENUS ha seguido funcionando según las pautas convencionales, esto es, relación de confianza entre el director y sus clientes y sus proveedores. Don Eladio siempre compra la misma cantidad de stocks en cada pedido por no modificar el programa informático que le diseñaron en el 80 y si alguno de sus clientes “de toda la vida” tiene problemas de liquidez no hay más que realizar una llamada a Don Eladio para que éste le retrase el cobro de sus deudas.

La última vez que la empresa renovó su Inmovilizado fue en 1985, mientras que sus competidoras más recientes todavía lo hicieron en 1997 aprovechando unas ayudas que concedió el Gobierno para la reestructuración del sector.

Se le ha solicitado su ayuda para que realice un análisis económico financiero de la empresa y recomiendo o no su adquisición. En caso de que la recomendación sea positiva tendrá que comentar que aspectos de la  gestión de Don Eladio deberían ser corregidos.

 

 

 


Para resolver este caso nos serviremos de las hojas de cálculo en las que se ha diseñado un pequeño modelo que podría ser aplicado al análisis de cualquier otra empresa. Para facilitar su uso por parte del lector se han distinguido cinco hojas:

 

1)      La primera es INTRODUCCIÓN, el objetivo de ésta es que el usuario pueda conocer lo que contiene todo el libro de cálculo con un simple vistazo. Desde ella se nos da acceso al resto de hojas.

2)      La segunda contiene las CUENTAS ANUALES de la empresa que estamos analizando. En particular, es una estructura muy simplificada del balance y de la cuenta de resultado de una empresa similar a la del Cuadro 1. La hoja de cálculo permite introducir los datos correspondientes a dos años y automáticamente te devuelve la estructura porcentual de las cuentas anuales de la empresa así como la evolución seguida durante esos dos años.

3)       La tercera, ANÁLISIS ECONÓMICO, sigue el esquema para calcular las ratios que se explican en el epígrafe tres.

4)      ANÁLISIS FINANCIERO, resume las ratios que se comentan en el cuarto apartado.

5)      Por último, APALANCAMIENTO desarrolla el análisis realizado en el último epígrafe.

 

 

 

3. ANÁLISIS ECONÓMICO

 

Para llevar a cabo el análisis económico seguiremos el esquema de la Figura 3 comenzando por el lado de la rentabilidad y continuando con el del riesgo.

Figura 3: Análisis económico.

Fuente: Elaboración propia.

 

RENTABILIDAD ECONÓMICA: Mide la generación de beneficios como consecuencia del despliegue de los activos sin considerar la forma en que éstos han sido financiados. Se refiere al beneficio de explotación (Beneficio Antes de Intereses e Impuestos, BAIT, así se elimina la influencia de las distintas formas de financiación y, además, podemos comparar empresas sujetas a distintos regímenes fiscales) con el que se han de remunerar a todos los capitales puestos a su disposición. Da una medida de la eficiencia de la inversión.

 

 

Si multiplicamos numerador y denominador por las ventas (V) nos encontramos que la rentabilidad económica depende a su vez de:

 

 

a)      la rentabilidad comercial: indica el beneficio obtenido por cada peseta vendida, midiendo la efectividad de la operación coste-precio. Se trata, por tanto, de un indicador de la eficacia operativa:

 

 

c)    la rotación de activos: señala el número de pesetas vendidas por cada  una invertida en activo y expresa, por tanto, la eficiencia relativa con que una empresa utiliza sus activos para generar ingresos. Se trata de obtener el máximo de ventas con la menor inversión.

 

 

Más que la rotación del activo total tiene más sentido ver la rotación de cada uno de sus componentes. Con dichas rotaciones, la empresa se plantea si para sus niveles de ventas, tanto actuales como proyectados, ¿parecería razonable, demasiado alto o demasiado bajo el importe total de cada tipo de activos? Si los activos son demasiados altos, está siendo menos eficiente que el resto, por otra parte, si son demasiado bajos habrá que estar atentos ya que en un futuro se podrían perder ventas.

 

b.1) rotación activo fijo: permite detectar qué activos fijos no contribuyen a dar rentabilidad y por tanto son improductivos; buscar las capacidades excesivas que no se utilizan; analizar el grado de obsolescencia de los activos. Una advertencia con respecto a esta ratio: en balance los activos normalmente aparecen computados por sus costes históricos, a la hora de comparar empresas hay que tener en cuenta que las mayores rotaciones de una de ellas pueden venir provocadas por el hecho de que sus activos estén infravalorados.

 

 

b.2) rotación del activo circulante: la rotación del activo circulante, como ya se imagina el lector, se calcularía de idéntica forma pero tiene más sentido calcular rotación de cada uno de los elementos por separado:

 

b.2.a) Rotación de las existencias: Una rotación elevada en principio es positiva porque los stocks tardan menos en hacerse líquidos y el pasivo circulante necesario para financiarlos será menor, sin embargo, entraña cierto peligro de rupturas en la producción por falta de suministro. Una rotación lenta perjudica la rentabilidad. En todo caso, si percibimos diferencias importantes con respecto al sector, habría que analizar la política de almacenamiento de la empresa.

 

 

En lugar de tomar las ventas para el cálculo de esta rotación consideramos las ventas a precio de coste para no sobrevalorar dicha rotación debido al margen de ventas que gane la empresa.

b.2.b) Rotación de los créditos: si esta ratio es baja al compararla con el sector deberíamos analizar la política de clientes, venta a crédito, plazo de cobro y detectar el número e importancia de los fallidos.

 

 

b.2.c) Rotación de tesorería: esta ratio no tiene excesivo significado económico sino que resultaría más útil realizar un análisis de las previsiones de caja así como aplicar técnicas del cash management:

 

 

 

RIESGO ECONÓMICO: mide la variabilidad de los beneficios de la empresa sin tener en cuenta la forma de financiación, ya que el riesgo puede definirse como la posibilidad de que los beneficios no alcancen los previstos. Se analiza a través del estudio del apalancamiento operativo o apalancamiento económico y del punto muerto operativo. Por la importancia que tiene para la toma de decisiones el relacionar el apalancamiento operativo (riesgo económico) con el apalancamiento financiero (riesgo financiero) le dedicaremos un apartado exclusivo (quinto epígrafe del tema).

 

 

 

4. ANÁLISIS FINANCIERO :

 

Para llevar a cabo el análisis financiero seguiremos la misma pauta utilizada para el análisis económico comenzando por el lado de la rentabilidad y continuando con el del riesgo (ver Figura 4).

 

Figura 4: Análisis financiero.

Fuente: Elaboración propia.

 

RENTABILIDAD FINANCIERA: Mide la capacidad de la empresa para remunerar a los accionistas, a los propietarios de los fondos propios. Para ellos representa el coste de oportunidad de los fondos que mantienen en la empresa y posibilita la comparación, al menos en principio, con los rendimientos que obtendrían colocando su dinero en otras inversiones.

 

 

En la Figura 2 veíamos que a partir de esta fórmula se justificaba la existencia de un análisis económico, financiero y fiscal, porque trabajando con ella fuimos capaces de llegar al nivel de desagregación de la Expresión 1.

 

Expresión 1 

 

Pues bien, algunos de los elementos de la Expresión 1 quedarían de la siguiente forma.

 

Si sustituimos en la Expresión 1 llegamos al siguiente resultado que nos da mucho más juego a la hora de tomar decisiones:

Expresión 2 Rf = [Re + e (Re - i)] ´(1 - t)

Donde:

Re = rentabilidad económica

e   = ratio de endeudamiento

i    = coste medio del exigible (gastos financieros / exigible total)

t  = tipo impositivo

 

Según la Expresión 2 la rentabilidad financiera antes de impuesto será la suma de la rentabilidad económica y el factor de apalancamiento, esto es, e (Re – i). Lo más importante de este factor es lo que se conoce como margen de apalancamiento, es decir, (Re - i), la diferencia entre la rentabilidad que extrae la empresa de sus activos y el coste medio de financiarlos mediante recursos ajenos. Este margen determina que la rentabilidad financiera incremente o merme con respecto a la económica. Así:

 

a)      Cuando el margen de apalancamiento es positivo implica que la Re >i Þ Rf >Re: con cada euro ajeno invertido en el activo obtenemos una rentabilidad superior al coste de que nos presten dicho euro, en consecuencia, la diferencia entre lo que se gana con ese euro y lo que cuesta, se la queda el accionista.

 

b)      Cuando el margen de apalancamiento es negativo implica que la Re <i Þ Rf <Re: con cada euro ajeno invertido en el activo obtenemos una rentabilidad menor al coste de que nos presten dicho euro, en consecuencia, la diferencia entre lo que se lo que cuesta ese euro y lo que se gana con él, merma la riqueza restante para el accionista.

 

Por tanto, el determinante de la relación entre rentabilidad económica y rentabilidad financiera es el margen de apalancamiento. El factor de apalancamiento se limita a multiplicar el efecto de un euro ajeno por la proporción euros ajenos que existe en la estructura financiera de la empresa. Si el margen de apalancamiento es positivo, los accionistas están ganando dinero con cada euro ajeno que se introduce en la empresa, en consecuencia conviene aumentar los recursos ajenos y, por tanto, el ratio de endeudamiento y el factor de apalancamiento[1]. En caso contrario, cuando el margen de apalancamiento es negativo, habría que reducir la proporción de recursos ajenos de nuestra empresa.

 

De esto se deduce que la rentabilidad financiera:

Ø        Es directamente proporcional a la rentabilidad económica. Es fundamental que la rentabilidad económica sea buena para que el accionista obtenga una remuneración adecuada. Se trata del clásico ejemplo del buen / mal coche y el buen / mal conductor: si el coche es malo (rentabilidad económica baja) por muy bueno que se el conductor (gestor financiero) a duras penas podrá conducir (mantener a flote la empresa). En cambio si el coche es bueno (rentabilidad económica elevada) aunque tenga un mal conductor podrá llegar sin excesivos problemas a buen puerto.

Ø        Se ve influenciada de forma decisiva por la estructura financiera, esto es, proporción deuda / recursos propios y coste de recursos ajenos, de la forma ya analizada al estudiar el margen de apalancamiento.

Ø       Es inversamente proporcional a la incidencia de los impuestos.

 

 

RIESGO FINANCIERO: La empresa con el diseño de su estructura financiera o pasivo tiene que responder a una serie de cuestiones que determinan el riesgo financiero de esa empresa. Dichas cuestiones son las siguientes:

 

a)      ¿Es capaz de incrementar la rentabilidad de sus accionistas con su actual estructura financiera? Aunque este aspecto ya se introdujo en el análisis de la rentabilidad financiera, profundizaremos un poco más a través del estudio del apalancamiento financiero que veremos en el siguiente epígrafe relacionándolo con el apalancamiento económico.

b)      ¿Puede la empresa hacer frente a sus obligaciones y deudas a sus plazos de vencimiento? Esto nos llevará al análisis de la liquidez cuando las deudas venzan en el corto plazo y al análisis de la  solvencia cuando venzan en el largo.

c)       ¿Su estructura financiera es acorde con la del sector o entraña un riesgo diferente? Estudiaremos así la estructura del pasivo.

d)      Por último, ¿los activos de la empresa cubren su estructura financiera? Analizaremos, entonces, la cobertura.

 

 

B) LIQUIDEZ Y SOLVENCIA.

 

En general hay un conjunto de ratios que miden la capacidad de la empresa para afrontar sus obligaciones a corto plazo. Para ello ponen en relación el activo circulante (cuya realización origina la entrada de dinero en tesorería y se trata de los activos más líquidos) con el pasivo circulante (plazo de exigibilidad más inmediato).

Tenemos la ratio de circulante o ratio de liquidez: indica cuantas hay pesetas realizables a corto (activo circulante o AC) por cada peseta exigible en el mismo periodo (pasivo circulante o PC).

 

 

Para lograr una medida más ajustada de la liquidez se depuraría el activo circulante porque no todo se puede transformar en líquido, un ejemplo son los stocks obsoletos o los incobrables. Aun así, la ratio de circulante constituye una aproximación grosera a la liquidez, pues no tiene en cuenta la distinta liquidez relativa de las diversas partidas del activo circulante. Por ejemplo, tenemos dos empresas A y B cuyo activo circulante es de 300 y cuyo pasivo circulante es de 100. Ahora bien, A tiene 100 en Tesorería y 200 en Clientes, mientras B tiene 100 en Tesorería y 200 en Stocks. La ratio de liquidez sería idéntica para ambas empresas, 3, sin embargo, si ambas mantienen los mismos plazos de cobro es evidente que A es más líquida que B, porque A no tiene más que esperar a que sus clientes le paguen y B todavía tiene que vender sus stocks y luego esperar a transformar sus clientes en efectivo. Para solucionar este problema surge la ratio de acidez (prueba del ácido o liquidez inmediata).

 

 

Proporciona una idea más aproximada de la liquidez de la empresa, ya que sigue midiendo la capacidad para hacer frente a sus deudas a corto pero sin tener en cuenta los stocks, presumiblemente la parte menos líquida, más difícilmente realizable, en la que es más fácil que se produzcan pérdidas en caso de querer transformarlos rápidamente en dinero y, además, el activo para el que los valores en libros y la medición del valor de mercado son menos confiables, dado que no se toma en cuenta la calidad del inventario.

 

Por último, una ratio todavía más aproximada de la liquidez es la ratio de tesorería.

 

 

Señala la capacidad de la empresa para afrontar sus obligaciones con recursos líquidos o inmediatamente convertibles en liquidez. Suele ser muy inferior a la unidad y depende, entre otras muchas cosas, de la política de caja que adopte la empresa.

De todas formas estas ratios de liquidez son índices estáticos que no dan la visión dinámica de la evolución de la liquidez en la empresa. Volvamos al ejemplo de nuestras empresas A y B, supongamos ahora que el activo circulante de A está integrado por 200 en Clientes que vencen dentro de 45 días y 100 en Stocks, mientras que su pasivo circulante recoge 100 de Proveedores que vencen dentro de 60 días. Por su parte, B tiene en su activo circulante 200 en Clientes que vencen dentro de 45 días y 100 en Stocks y en su pasivo circulante 100 de Proveedores que vencen dentro de 30 días.  Según las ratios analizadas hasta ahora ambas tendría el mismo grado de liquidez (ratio de liquidez 3, prueba del ácido 2 y ratio de tesorería 0), sin embargo la diferencia es enorme: A podrá hacer frente a sus deudas a corto plazo, B no. Ello es debido a que estos indicadores no tienen en cuenta el escalonamiento en el vencimiento de los clientes y de los proveedores. Una forma de obviar este problema es analizar el periodo de cobro y el periodo de pago:

 

a)      periodo de cobro: indica el número de días que transcurren desde que se efectúa una venta a crédito hasta que se cobra, es decir, el tiempo que se necesita para convertir los clientes en efectivo.

 

Esta ratio puede ser ilustrativa en un triple sentido: a) al compararla con la de otras empresas similares (si es más baja®política de cobros demasiado estricta); b) para controlar el cumplimiento de la política de ventas a crédito y c) para comparar la velocidad de los cobros a clientes con la velocidad de los pagos a proveedores, definida en la siguiente ratio.

 

b) periodo de pago: indica el número de días que tardamos en pagar a nuestros proveedores.

 

Una manera de mejorar la liquidez a corto consistiría en reducir tanto como fuera posible el periodo de cobro, sin perjudicar las ventas, y/o aumentar el periodo de pago, sin que ello afecte el prestigio de la empresa o al ritmo de suministros.

Aun así, ninguna de las medidas típicas de liquidez tiene en cuenta la capacidad de endeudamiento adicional de la empresa.

 

Para acabar con la cuestión de si la empresa es capaz de atender a sus obligaciones  analizaremos la ratio de solvencia:

 

 

Indica hasta que grado la empresa cubre la totalidad de sus deudas con terceros con sus activos o la proporción de exigible garantizada con sus bienes. El acreedor, en principio y en caso de liquidación podrá estar seguro de cobrar su deuda siempre que el activo real sea superior a los recursos ajenos. El valor de este índice, en relación a empresas competidoras, puede dar una primera idea del riesgo financiero.

 

C) ESTRUCTURA DEL PASIVO

 

Hay un numerosas ratios que analizan la estructura del pasivo. Nosotros estudiaremos solamente dos, por un lado, la ratio de endeudamiento que, como vimos, mide la proporción de recursos ajenos entre recursos propios.

 

 

Por otro lado, tenemos el cociente que estudia la estructura del endeudamiento. Éste puede ser definido de muchas formas, una de ellas es la proporción que representan las deudas a corto plazo entre el total de deudas. ¿Por qué el endeudamiento a corto plazo? Porque es el más inestable, hay que renovarlo cada año y presenta un mayor grado de incertidumbre.

 

 

D) COBERTURA

 

Por último, nos queda analizar la capacidad de cobertura de la empresa. Aunque existen numerosas ratios sólo mencionaremos dos relacionadas con el uso de la deuda por parte de la empresa. Por una parte, la ratio de cobertura de intereses.

 

 

Indica la esperanza de que el beneficio de explotación anual pueda cubrir los intereses de la deuda o, desde otra perspectiva, hasta que punto puede caer el beneficio sin deja de cumplir con las obligaciones. El principal inconveniente de este cociente es que  las cargas financieras no se refieren únicamente a los intereses, incluyen también  la devolución del principal, por tanto, un análisis de cobertura más elaborado relaciona el cash-flow de la empresa antes de interese e impuestos con el total de reembolsos por la carga financiera, (si se quiere, ratio de cobertura de la carga financiera):

 

 

5. ANÁLISIS DEL APALANCAMIENTO

 

            El apalancamiento operativo o apalancamiento económico mide la variación porcentual que se produce en el BAIT ante una variación en las ventas. Note el lector que es una medida del riesgo “económico” porque no tiene en cuenta la forma en que se financia la empresa, ya que sólo considera hasta los beneficios de explotación (BAIT). (ver Figura 5).

Figura 5: Componentes de la cuenta de resultados.

Fuente: Elaboración propia.

 

 

 

Así, si el apalancamiento operativo es 2, significa que ante un incremento (caída) de las ventas en un 10%, el BAIT incrementará (disminuirá) en un 20%. El apalancamiento operativo surge por los costes fijos que la empresa ya ha de soportara incluso antes de comenzar a producir. Por tanto, la empresa cuando su producción es cero tiene unas pérdidas, esto es, un BAIT, igual a sus costes fijos, a partir de ahí, con cada unidad vendida va reduciendo sus pérdidas gracias al margen variable (precio unitario – costes variables unitarios) que gana con cada unidad. Cuanto mayores sean estos costes fijos, mayor será el apalancamiento operativo y, por tanto, el riesgo económico en que incurre la empresa.

Otra forma de analizar el riesgo económico es a través del punto muerto operativo o económico: el nivel de ventas que cubre exactamente los gastos de explotación, por tanto, el BAIT será igual a 0.

 

 

El punto muerto económico mantiene una estrecha relación con el apalancamiento operativo (ver Figura 6). Así:

 

a)      Antes de alcanzar el punto muerto la empresa incurre en pérdidas  lo que se corresponde con un apalancamiento operativo negativo.

b)      En el nivel de ventas inmediatamente anterior y posterior al punto muerto el apalancamiento operativo está en niveles muy elevados (±µ) porque vender una unidad adicional significa pasar de tener pérdidas a ganar dinero y por muy pequeñas que sean estas cantidades se trata de un cambio cualitativo importante.

c)       Después del punto muerto y cuanto más alejados nos encontremos la empresa obtiene beneficios suficientes como para cubrir sus costes fijos, su riesgo operativo disminuye notablemente lo que se traduce en un apalancamiento operativo próximo a 1.

 

Figura 6: Relación entre el apalancamiento operativo y el punto muerto operativo.

Fuente: Elaboración propia.

 

Al igual que el riesgo económico se mide a través del apalancamiento operativo, el riesgo financiero se analiza mediante el apalancamiento financiero. Éste aparece en la segunda parte de la cuenta de resultados (Figura 5)como consecuencia también de la existencia también de unos costes fijos, pero en este caso motivados por los recursos financieros, de ahí su nombre apalancamiento financiero. Mide la variación porcentual que se produce en el BDT ante una variación porcentual en el BAIT:

 

 

Así, si el apalancamiento financiero es 2, significa que ante un incremento (caída) del BAIT en un 10%, el BDT incrementará (disminuirá) en un 20%. Cuando la estructura financiera de la empresa carece de recursos ajenos, esto es, cuando no existe riesgo financiero, no se pagan intereses, en este caso el apalancamiento financiero es igual a 1. En consecuencia, cuanto más se aproxime a 1 el apalancamiento financiero menor será el riesgo financiero en que incurre la compañía.

Hemos visto que una variación en las ventas provoca una variación en el BAIT, ahora sabemos que la cadena no se para ahí, sino que al cambiar el BAIT cambia también el BDT. La primera variación obedece a la existencia de unos costes fijos operativos y la segunda a la existencia de unos costes fijos financieros. Ambos efectos considerados conjuntamente representan el riesgo total de la empresa que, en definitiva, es lo que verdaderamente le interesa al accionista: ¿ante una subida (caída) de las ventas que le sucede al BDT? Para responder a esta cuestión tenemos el apalancamiento total que será el producto del apalancamiento operativo por el apalancamiento financiero.

 

Es decir, siguiendo con nuestro ejemplo de un apalancamiento operativo y financiero de 2, ante un incremento (caída) de las ventas en un 10%, el BAIT incrementará (disminuirá) en un 20%, pero a su vez, como el apalancamiento financiero es de 2, ante dicho incremento (caída) del BAIT en un 20%, el BDT incrementará (disminuirá) en un 40%. El efecto global ha sido que la variación en el BDT ha cuadruplicado la variación de las ventas.

De la misma forma que el apalancamiento operativo se relacionaba con el punto muerto operativo, el apalancamiento total se relaciona con el punto muerto total, esto es, el nivel de ventas donde se cubren exactamente los costes fijos (lo cual incluye al punto muerto operativo) y además los intereses (los costes fijos financieros).

 

 

Este vínculo se aprecia gráficamente en la

Figura 7:

 

a)      Antes del punto muerto operativo, la empresa tiene un apalancamiento financiero inferior a 1 y un apalancamiento operativo inferior a 0, la situación es muy arriesgada, no cubre ninguno de sus costes fijos, ni los operativos ni los financieros.

b)      En el punto muerto operativo la empresa tiene un apalancamiento financiero igual a 0 y un apalancamiento operativo que tiende a infinito, el riesgo total es todavía elevado ya que sólo se cubren los costes operativos.

c)       Entre el punto muerto operativo y el punto muerto total el apalancamiento operativo es superior a 1 y va disminuyendo, pero todavía el apalancamiento financiero es negativo y tiende hacia infinito a medida que nos aproximamos al punto muerto total, esto se debe a que aun no se cubren los costes fijos financieros.

d)      Por encima del punto muerto total, ambos apalancamientos son superiores a 1 pero disminuyen cuanto más nos alejamos, de ahí que el riesgo total tenderá a 1, esto es, tenderá a ser menor.

 

Figura 7: Relación entre el apalancamiento total y el punto muerto total.

Fuente: Elaboración propia.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

FERNÁNDEZ LÓPEZ, S. (2000): “Análise económico-financeira do sector da pizarra en Galicia”, Análise empresarial. Revista galega de economía e ciencias sociais, nº 30, pp.51-57.

GÓNZALEZ PASCUAL, J. (1995): Análisis de la empresa a través de su información económico- financiera, Madrid, Pirámide.

PÉREZ CARBALLO y VELA SASTRE (1993): Principios de Gestión Financiera de la Empresa. Alianza Universal.

WESTON, J.F. y BRIGHAM, E.F. (1993):Fundamentos de administración financiera, McGraw-Hill.



[1] Hay que tener en cuenta que la empresa tiene un límite para su endeudamiento, además a medida que éste se incrementa, también aumentará el coste de esos recursos, es decir, el coste marginal de los recursos ajenos es creciente. Por si fuera poco, la eficiencia marginal de los activos (rentabilidad económica) es decreciente. Por tanto hay que ver el efecto del margen financiero desde el punto de vista dinámico.