La actualización del EMAS en el año 2001 supone un paso hacia delante en la promulgación y de la gestión medioambiental en las empresas. Con el mismo se amplía la posibilidad de su implantación a todas las organizaciones que lo deseen sin necesidad de pertenecer a un sector específico como ocurría con el antiguo EMAS.
Además, se favorece la compatibilidad del mismo con otros sistemas de gestión medioambientales, como es el caso de aquéllos que han sido certificados por la ISO 14000, ya que en el sistema comunitario se adoptan los requisitos del sistema establecidos en la norma internacional.
No obstante, se sigue manteniendo la mayor exigibilidad en la norma europea en cuanto a la publicidad y disponibilidad de la información medioambiental de las organizaciones, instrumentada a través de la Declaración Medioambiental, la cual ha de estar disponible, incluido en formato impreso, para cualquiera que así lo pida.
También se amplía y aclara la regulación sobre los verificadores medioambientales, la utilización del logotipo y la propia Declaración Medioambiental.
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