La Cuenta de Pérdidas y Ganancias Analítica

II Definición y Formato de la Cuenta Analítica

2.1.) Definición.

Con el mismo interés manifestado en anteriores capítulos, y con el fin de destacar la importancia de cada uno de los estados financieros complementarios que en este volumen analizamos, proponemos ahora la siguiente definición de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias Analítica del PGC.

Cuenta de Pérdidas y Ganancias Analítica:

Es un estado contable de circulación económica que muestra en una sola relación vertical los ingresos y gastos del período, entremezclándolos de acuerdo con unos determinados criterios para dar lugar en sentido descendente a las magnitudes de valor de la producción, valor añadido de la empresa así como diversos niveles de resultados, todos ellos de gran significación en el análisis de la gestión empresarial.

En efecto, se trata de un estado de circulación económica real por dar cuenta del desarrollo de las actividades de compra, producción y venta en la empresa, el cual puede formularse con carácter anual, o en períodos intermedios, como ocurre con la exigencia establecida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de presentar dicho modelo semestralmente. También tiene interés su elaboración con carácter previsional, pudiéndose mantener a partir de él una comparación continua entre valores reales y presupuestados, permitiendo con el análisis de las desviaciones de resultados una mejora de la gestión empresarial. Por último, su significación para el análisis retrospectivo, se basa en su estructuración informativa, que muestra paso a paso, la desagregación de magnitudes economico-financieras de la empresa, en diferentes niveles, conducentes al resultado después de impuestos.


2.2) Formato.

La Cuenta de Pérdidas y Ganancias Analítica es un modelo de estado con mayor perfección informativa que otros modelos de estados de resultados, capaz de facilitar el análisis de la actividad de la empresa y de su evolución.

Este formato analítico de pérdidas y ganancias, -sin ajustarse al esquema vertical de la anteriormente citada Cuarta Directiva- no presenta un esquema calificable de experimental, o completamente original, muy al contrario está estructurado ofreciendo un escalonamiento de resultados semejante a la cuenta analítica del Plan Francés de 1982, y mantiene un parecido casi idéntico con el utilizado por la Central de Balances del Banco de España, además de tener la ventaja de encontrarse adaptado al que integra la Central Económica Europea que desarrolla el Proyecto BACH, y también al que periódicamente requiere a las empresas que cotizan en Bolsa como parte de la información intermedia la CNMV, por lo que, entendemos sobradamente justificada su inclusión en el PGC con el formato que en el cuadro 6.1 expresamos.


Observamos que en los primeros niveles de la Cuenta se acumula toda la generación de valor, tanto el valor vendido y refrendado por el mercado, como el valor acumulado pero no vendido de las existencias, trabajos efectuados por la empresa para su inmovilizado más las subvenciones a la explotación si las hubiere. A este valor de la producción se le deducen todas las adquisiciones al exterior para calcular el valor añadido por la empresa en su conjunto, al cual se le deduce como partida principal, los gastos de personal, para llegar al resultado bruto de la explotación o excedente empresarial, del que detrayendo las diversas dotaciones a amortizaciones y provisiones aparece el resultado neto de la explotación.

La propuesta del PGC de mostrar por separado en la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, las pérdidas y beneficios de la explotación, de los resultados financieros positivos y negativos, implica que pueda analizarse la actividad económica de la empresa independiente de la estructura financiera de la empresa que la realiza. Así sumando los ingresos financieros y restando los gastos financieros de compras, ventas y de estructura y la dotación para amortizaciones y provisiones financieras, nos encontramos con el resultado de las actividades ordinarias en sus componentes económico y financiero. Restando de ese saldo los ingresos y gastos extraordinarios calculamos el resultado antes de impuestos, del que deducido el impuesto de sociedades, obtenemos la pérdida o ganancia del ejercicio.

De este modo, si comparamos el esquema de Cuenta Analítica con el modelo de Cuenta de Pérdidas y Ganancias obligatoria, deducimos una falta de identidad entre ambas que desaparece en el nivel de Resultado Neto de la Explotación, a partir del cual los resultados parciales que se obtienen coinciden en las dos cuentas.

Por tanto, la aportación informativa más destacable del modelo objeto de nuestro estudio, es el reflejo del valor añadido de la empresa y del resultado bruto de la explotación. No obstante, cabe preguntarse, si a partir de este último saldo se podría haber adoptado un criterio diferente de determinar resultados, que aportasen información adicional para el control interno, utilizando una clasificación de gastos e ingresos según el origen de los mismos en las secciones de la empresa, que diese lugar a una auténtica cuenta funcional. Si bien es cierto que, en ese caso tendríamos un modelo distinto de los ya comentados estados de resultados normalizados requeridos por los organismos reguladores de actividades sectoriales, del mercado de valores y otros de análisis y tratamiento de datos, debiendo reconocer los inconvenientes que tal cambio supondría para la empresa por generar nuevos costes de duplicidad de información.


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