Planificación financiera personal

Introducción


Cuando una persona debe enfrentarse al reto de decidir qué hacer con un cierto capital disponible para su inversión se encuentra con una amplia variedad de productos, muchos de ellos especialmente sofisticados. En la mayor parte de los casos, este potencial inversor debe enfrentarse a ellos en condiciones de formación e información inadecuados para el nivel de exigencias de los mercados y activos financieros.

Imagínese el lector ante la disyuntiva de disposición de un cierto capital, que en un perfil de ahorro-inversión a largo plazo, comienza por preguntarse cuál será la alternativa más adecuada en su situación de inversor inexperto, y con escasa formación financiera y capacidad de seguimiento de mercados.

Este resulta ser el caso mayoritario en la población española, y esto debe entenderse como una descripción de la realidad, y nunca como una crítica social o personal. Pues bien, cuando a esta persona le recomiendan contratar un Unit Linked, aparentemente su problema parece solucionado, hasta el momento en que al culminar las condiciones de suscripción le cuestionan por cuál de los diez fondos o cestas se decide, y ante su sorpresa observa que tales "cosas" mantienen distintas composiciones de algo venido en llamar renta fija y renta variable, pero no sólo de aquí, a lo que llaman doméstico, sino de "otros lados", a los que llaman mercados internacionales, y en los que cómo consecuencia, se encuentra sujeto al "riesgo de cambio". Sorprendido, nuestro potencial inversor, no sabe si tomar la decisión en base a un simple proceso aleatorio, o lo más común, dejarse "asesorar" por el "comercial" que rellena su contrato. Culminado el proceso, nuestro inversor queda aún más perplejo cuando le comentan que la ventaja financiera de este producto se centra en la posibilidad de cambiar de fondo o de cesta, sin implicaciones fiscales, ante cambios en la situación de mercado. Es decir, se puede, si así lo desea, volver a encontrarse con la decisión de qué, cómo, cuándo y por qué invertir en otra de "esas cosas".

El ejemplo planteado anteriormente no pretende más que ilustrar la complejidad de la toma de decisiones financieras personales, que se encuentra caracterizado por:

Todo lo anterior resulta más complicado si pensamos que no todos los productos se adaptan a las diversas "necesidades" financieras personales, y en cualquier caso, no existe el "mejor" producto para determinada necesidad, ya que existen sustanciales diferencias entre las diferentes características (ver Tema "Características generales de la inversión financiera").

Si existiera el producto más rentable, con menor riesgo y con mejor situación de fiscalidad y liquidez no tendríamos necesidad de desarrollar este tema y los que siguen a continuación. La "bondad" de un instrumento financiero es un valor ciertamente relativo, que dependerá de que sus puntos fuertes o ventajas, coincidan con los objetivos que el inversor pretenda alcanzar ante determinadas necesidades financieras. Por tanto, antes de hablar de productos tendremos que especificar objetivos, necesidades y recursos financieros personales, en un esquema equilibrado y coherente que es el que proporciona la planificación financiera personal.

... en esta lección trataremos de responder a estas cuestiones

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