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En los planteamientos de inversión financiera existen muchos factores a considerar. En los mercados financieros, hay dos variables de "alto nivel" que son especialmente seguidas por los analistas; el crecimiento y la inflación. Evidentemente, hay un conjunto de amplios factores que inciden en ellos, y que además suelen tener la tradicional característica que identifica a las variables económicas; las relaciones cruzadas.
Hoy día el control de la situación económica suele realizarse desde la perspectiva de la política monetaria, fundamentada en el manejo de los tipos de interés de los fondos públicos ofertados por la autoridad monetaria (vaya, lo que se viene en llamar el tipo oficial del dinero marcado por el Banco Central Europeo). En tal forma que, tal como nos encontramos en la situación actual (Octubre de 2000), si el crecimiento económico es lo suficientemente elevado como para generar tensiones en la inflación, se suben los tipos, con lo que se consigue desacelerar el consumo de particulares y de empresas. Si se pretende incentivar el crecimiento, cuando no existen especiales tensiones sobre la inflación (caso en que los precios de las materias primas están bajando, año 1999), se bajan los tipos.
Pues bien, de todo ese "entramado macroeconómico", que podemos denominar técnicamente escenario económico, que influye singularmente en nuestro plan financiero (no es lo mismo situarnos ante un escenario expansivo, que en uno restrictivo), debemos tener en especial consideración como inversores particulares la inflación, ya que refleja nuestra pérdida de capacidad adquisitiva, y marcará la pauta a la situación de los tipos de interés, dos variables de suma importancia en las finanzas personales.
Adicionalmente a la inflación hay otros dos factores importantes en la planificación financiera personal; el factor de capitalización y la fiscalidad.Observémoslos con un cierto detenimiento:
Su significación y consecuencias han sido mencionados más arriba. En la práctica, su incidencia en la planificación financiera personal es doble. Por una parte, va a determinar la tasa de variación de los sueldos, y por tanto la evolución futura de los recursos corrientes. En segundo lugar, es la variable clave para seguir la evolución futura de los tipos de interés, y éstos, a su vez, son el factor de mayor significación en la evolución de los mercados financieros, no sólo de renta fija. Por tanto, va a influir en la remuneración de las inversiones financieras.
En las operaciones financieras los intereses se acumulan al capital para determinar la remuneración periódica. Es lo que se determina en matemáticas financieras la "capitalización compuesta". La idea es bien simple, sin partimos de un capital inicial de 1.000 Euros remunerado anualmente al 10%, al final del primer año tendremos un capital total de 1.100 Euros, y la remuneración del segundo año será el 10% de 1.100, y no del capital inicial. Pues bien esta simplicidad matemática, que todo el mundo conoce, proporciona tres conclusiones importantes en la asesoría financiera:
a) En las necesidades financieras de acumulación de capital, como por ejemplo la de jubilación, comience a invertir pronto, aún con pequeñas cantidades. Observe el efecto de una inversión de 1.000 Euros invertidos en la actualidad, año 2.000, a diferentes niveles de rentabilidad. En la actualidad podemos encontrar en el mercado depósitos remunerados al 5% de interés desde la primera peseta y con absoluta liquidez. Pues bien, si esa remuneración se mantiene durante 30 años, el capital final sería de 4.322 Euros (ver tabla 1, celda de cruce tipo 5% y período 2.030). Si consigue una remuneración del 10% a través de la renta fija, los 1.000 Euros se transforman en la "asombrosa" cifra de 17.449.
Obviamente este efecto financiero es igualmente utilizado por los comerciales de productos financieros que, ante las deslumbrantes cifras, consiguen en ocasiones clientes ofreciendo una remuneración por debajo de la de mercado (Ud. Pone ahora 1.000 Euros, se olvida de ellos, y sin hacer nada, dentro de 30 años nosotros se la doblamos. Pero sólo es un 2,5% de rantabilidad!. Ver tabla 1).
Tabla 1
b) Invertir de una forma periódica, en tal forma que, sin comprometer su situación financiera de corto plazo, obtenga el máximo beneficio de la acumulación de capitales a largo plazo.Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos dicha inversión inicial de 1.000 Euros en el año 2.000, pero anualmente volvemos a invertir 1.000 Euros. Es decir, ahorramos 1.000 Euros cada año, no sólo al inicio, con la intención de obtener el máximo provecho del factor acumulación. Las cifras sorprenden (ver tabla 2). Suponiendo el 5% de rentabilidad anual, alcanzaríamos un monto final de 69.761 Euros (ver cruce 5% y 2.030. Tabla 2).
Tabla 2
c) Optimizar la rentabilidad. Obviamente en este punto, volvemos a retomar la relación entre rentabilidad y riesgo (ver tema "Características generales de la inversión financiera" en www.5campus.com, apartado 2). Cuando enunciamos la optimización de la rentabilidad, no podemos olvidar el conjunto de factores que inciden en el nivel de riesgo asumido; edad del inversor, plazo de inversión, recursos a invertir y situación patrimonial, objetivos a conseguir y, por último, factores psicológicos relacionados con la capacidad de "aguante" de la persona.
La labor de la planificación financiera nunca puede alejarse de la planificación fiscal, que la complementa. En general, la fiscalidad actual trata de priorizar la inversión dirigida al largo plazo, beneficiándola con tipos impositivos más bajos. En algún caso el factor fiscal puede llegar a convertirse en un factor decisivo en la decisión de contratación de un instrumento financiero.