Gestión de Carteras y Riesgo de tipos de interés

Citar como: Portillo Tarragona, Mª Pilar (2003): "Gestión de Carteras y Riesgo de tipos de interés", [en línea] 5campus.com, Dirección Financiera <http://www.5campus.com/leccion/gescarti> [y añadir fecha consulta]

 

 

I. Introducción

Los efectos derivados de variaciones no esperadas en los tipos de interés tienen repercusión sobre la rentabilidad generada por un activo financiero y, por extensión, sobre la rentabilidad de la cartera que lo  contiene, resultando especialmente afectadas aquellas invertidas en activos de renta fija. De este modo, como se indica en Ferruz et alt. (2001), si por cartera de activos financieros se entiende toda aquella inversión realizada siguiendo criterios más o menos racionales, cuando los activos en los que se materializa la inversión presentan la característica de ofrecer una corriente de renta conocida a priori, entonces se estaría haciendo referencia a una cartera de renta fija.

La rentabilidad financiera de una inversión, calculada en un momento t, se define como la tasa efectiva y anual que iguala financieramente el valor inicial de la inversión (V0) con el valor de la misma en el momento del cálculo de la tasa (Vt), expresión [1].

 

                                            [1]

Siendo:

Vo          el valor inicial de la cartera en el momento inicial

Vt           el valor de la cartera en el momento de valoración t

TIRpt      es la rentabilidad alcanzada por la cartera p en el momento t

 

En la medida que variaciones en los tipos de interés modifiquen el precio de mercado de los activos financieros, el valor de la cartera también variará, lo que finalmente provocará que la rentabilidad de la cartera, en ese momento, difiera de la inicialmente calculada, es decir, si los tipos de interés no se hubieran modificado. De este modo el riesgo sería aquella contingencia (desplazamiento no esperado en los tipos de interés) que produjera una rentabilidad por debajo de la esperada.

 

II. Estrategias de gestión de carteras

Como se indica en Ferruz y Portillo (1999) y en Portillo (1998), existen diferentes criterios para clasificar las estrategias de gestión, no excluyentes entre sí:

1.      Atendiendo al valor objetivo de la duración financiera. En función de lo próxima que se encuentre la duración de la cartera al horizonte temporal de la inversión, es decir el periodo de tiempo que deseamos mantener la inversión. Cabría hablar de estrategias, activas, de cobertura e inmunizadoras.

2.      Teniendo en cuenta el movimiento de la cartera. Dependiendo del grado de rotación de los activos que integran la cartera se puede hablar de estrategias estáticas y dinámicas.

3.      Posición ante las expectativas de los tipos de interés. En función de las expectativas que se tengan sobre la forma y nivel de los tipos de interés. Estrategias activas y pasivas, estas últimas cuando no se tienen en cuenta tales expectativas.

4.      Atendiendo al nivel de riesgo asumido en el desarrollo de la estrategia. Distinguiendo aquellas que tienen como objetivo la eliminación del riesgo de aquellas encaminadas a la alteración o modulación del mismo.

5.      Atendiendo a la posición adoptada ante el binomio rentabilidad-riesgo. Distinguiríamos entre estrategias pasivas y activas. Las primeras están diseñadas para alcanzar una serie de objetivos, con puede ser el lograr un determinado nivel de rentabilidad, sea cual sea la evolución de los tipos de interés. Por el contrario mediante una gestión de tipo activo se pretende conseguir mayores niveles de rentabilidad que el de las estrategias pasivas a cambio de asumir mayores niveles de riesgo, además dentro de este grupo sería posible distinguir aquellas estrategias que presentan la característica de limitación del riesgo de las que no la presentan. Así, en el marco de la gestión activa con limitación de pérdidas se ubicarían estrategias como la Inmunización Contingente, recientemente desarrollada en Portillo (1998), y la de Aseguramiento de Cartera de Proporción Constante, Rayo et alt. (1997).

 

Como estrategias de gestión de carteras basadas en el concepto de duración financiera podemos señalar:

1.      Gestión activa. Adoptando posiciones cortas (duración financiera de la inversión inferior al horizonte temporal de la inversión) o largas (duración financiera superior al horizonte temporal). Al primer tipo de posiciones le beneficiarían aumentos en los tipos de interés, ya que domina el efecto reinversión por lo que las ganancias derivadas de la reinversión a tipos de interés superiores permitirían cubrir las pérdidas derivadas de la disminución del valor de mercado de la inversión, además de generar un excedente. Por el contrario, las posiciones largas resultan especialmente beneficiadas en escenarios descendentes en los tipos de interés, porque las pérdidas procedentes de la reinversión a tipos de interés inferiores se cubren y superan con las ganancias de capital ya que domina el efecto precio.

2.      Inmunización. Estrategia desarrollada por Fisher y Weil (1971), planteada en un escenario de estructura temporal no plana aunque con desplazamientos necesariamente paralelos, pretende, al igualar la duración financiera de la cartera con plazo restante hasta la finalización del horizonte temporal de la inversión, que el efecto precio y efecto reinversión se compensen, de manera que el valor de la cartera al final del horizonte temporal es, como mínimo, el que se hubiera conseguido si los tipos de interés no se hubieran modificado durante ese periodo de tiempo. Es decir, la cartera permanece inmune ante posibles variaciones en los tipos de interés.

3.      Cobertura. Iguala a cero la duración financiera de la cartera con el fin de conseguir el tipo de interés del mercado monetario.

4.      Inmunización Contingente. Inicialmente presentada por Leibowitz y Weinberger en la década de los años ochenta. Como se ha señalado anteriormente, se trata de una estrategia de gestión activa, pero con limitación de riesgo. Inicialmente se adoptará una gestión de tipo activo (corta o larga de duración, en función de las expectativas sobre los tipos de interés), que podrá mantenerse siempre que no se supere el margen de pérdidas o de seguridad establecido inicialmente. Pero si tiene lugar una variación no prevista en los tipos de interés y el margen de seguridad se consume, se debe abandonar la gestión de tipo activo y proceder a la inmunización de la inversión para al menos garantizar un rendimiento mínimo, establecido en el momento inicial.

 

III. Características de los activos y diseño de estrategias

El gestor de una cartera, además de elegir el tipo de estrategia de gestión de la inversión, debe decidir sobre la clase de activos que integrarán la cartera. Es decir, si por los objetivos de la cartera debemos garantizar un rendimiento mínimo o un determinado valor al final del horizonte temporal, independientemente de la evolución de los tipos de interés, se deberá optar por una estrategia de inmunización. Para lo cual igualaremos la duración de la cartera con el horizonte temporal. Para una cartera compuesta por dos clases de activos, de la misma calidad crediticia, el sistema que permitiría resolverlo se recoge en las expresiones [2a] y [2b].

                                [2a]

                                                   [2b]

 

Siendo:

         la proporción de activo tipo A en la cartera

         la proporción de activo tipo B en la cartera

       la duración financiera del activo tipo A,

       la duración financiera del activo tipo B

       la duración financiera de la cartera

 

Esto es, tomaríamos dos clases de activos uno con duración financiera superior al horizonte temporal y otro con duración financiera inferior, de manera que la solución al problema consiste en determinar la proporción de activos de cada clase que permiten inmunizar la inversión.

Ahora bien, existen diferentes estrategias para conseguir la inmunización, que básicamente serían:

1.      Estrategia barbell. Para inmunizar la inversión se utilizarían dos bonos: uno con duración financiera por debajo del horizonte temporal, pero la menor posible, y otro con duración financiera por encima del horizonte temporal, pero lo más alejado posible.

2.      Estrategia bullet. En este caso, para inmunizar la inversión se utilizarían dos bonos: uno con duración financiera por debajo del horizonte temporal, pero ligeramente por debajo, y otro con duración financiera por encima del horizonte temporal, pero ligeramente por encima. El resultado es una cartera menos convexa que la conseguida en el caso anterior.

 

La estrategia barbell presenta una mayor convexidad, mayor dispersión respecto a la duración finananciera, que la estrategia bullet. A pesar de que es habitual señalar que, a igualdad de condiciones, es preferida una mayor convexidad a una menor convexidad, debemos de se muy cautos al respecto ya que ante determinados escenarios de desplazamiento de la estructura temporal de los tipos de interés no tiene por qué beneficiar a la cartera.

También es habitual definir las estrategias anteriores en términos de vencimiento en lugar de hacerlo mediante la duración financiera. Finalmente, también se utiliza la estrategia en escalera que consiste en incluir en la cartera el mayor número de bonos disponibles.

 

 

IV. Riesgo de tipos de interés en entidades de elevada exposición

Los efectos derivados de variaciones no esperadas en los tipos de interés tienen repercusión sobre la rentabilidad generada por un activo financiero y, por extensión, sobre la rentabilidad de la cartera que lo  contiene, resultando especialmente aquellas invertidas en activos de renta fija. No obstante el análisis se podría extender a entidades o empresas que por su actividad se encuentran expuestas a una alto grado de riesgo por variaciones no esperadas en los tipos de interés, como es el caso de instituciones financieras bancarias, abordado por primera vez en Samuelson (1945), o el caso de compañías de seguros, desarrollado en Redington (1952).

 

IV.1 Variables de control de sensibilidad a los tipos de interés

Siguiendo a Ferruz et alt. (2001), las variables sobre las cuales se va a analizar el impacto de posibles fluctuaciones en los tipos de interés son: la solvencia, el coeficiente de recursos propios, el margen financiero y la rentabilidad. Concretamente para analizar la sensibilidad de cada una de estas variables ante posibles cambios en los tipos de interés se medirá a través de sus GAPs de duración financiera.

 

a) GAP de solvencia

La solvencia de una entidad se mide a través de su patrimonio, calculado mediante la diferencia entre su activo y sus deudas, como aparece en la expresión [3].

                                  [3]

 

Siendo:

          el patrimonio neto de la entidad

                   el valor de mercado de los activos

rA           el tipo de interés que iguala el valor de mercado de los activos con el valor actualizado de sus flujos de caja

                   el valor de mercado de las deudas

rL            el tipo de interés que iguala el valor de mercado de las deudas con el valor actualizado de sus flujos de caja

 

El GAP de solvencia es la sensibilidad del patrimonio de una entidad ante variaciones en los tipos de interés, que a su vez dependerá de la duración financiera del activo y de la duración financiera de las deudas. Aparece recogido analíticamente en la expresión [4].

                             [4]

 

Siendo:

  el GAP de solvencia

         la duración financiera del activo

         la duración financiera de las deudas. El resto de la notación ha sido definida con anterioridad

 

De este modo el efecto que variaciones en los tipos de interés sobre el neto patrimonial depende del signo del GAP de solvencia, que aparece recogido esquemáticamente en el Cuadro 1.

 

                                                                         Cuadro 1

 

EFECTO SOBRE EL

NETO PATRIMONIAL

 

Aumento en los tipos de interés

Disminución en los tipos de interés

GAPN=0

No variación

No variación

GAPN>0

Reducción

Aumento

GAPN<0

Aumento

Reducción

 

 

b) GAP de coeficiente de recursos propios

La sensibilidad del coeficiente de recursos propios, o ratio Patrimonio neto entre activos (en la expresión [5]), a las modificaciones en los tipos de interés se mide mediante el GAP de coeficiente de recursos propios, que a su vez depende de la duración financiera del activo y de las deudas, recogido en la expresión [6].

                                                     [5]

                                  [6]

 

Siendo:

                  el coeficiente de recursos propios

         el GAP de coeficiente de recursos propios y el resto de la notación empleada ha sido definida con anterioridad

 

Así el efecto que variaciones en los tipos de interés sobre el coeficiente de recursos propios depende del signo del GAP neto sobre activo, que aparece recogido esquemáticamente en el Cuadro 2.

 

                                                                         Cuadro 2

 

EFECTO SOBRE EL COEFICIENTE

DE RECURSOS PROPIOS

 

Aumento en los tipos de interés

Disminución en los tipos de interés

GAPCRP=0

No variación

No variación

GAPCRP>0

Reducción

Aumento

GAPCRP<0

Aumento

Reducción

 

 

c) GAP de margen financiero

El margen financiero, expresión [7], se calcula mediante la renta neta, derivada de sus activos y sus deudas.

                                      [7]

 

Siendo:

           el margen financiero

  la renta derivada de los activos

   la renta de las deudas

 

La sensibilidad del margen financiero ante modificaciones en los tipos de interés se determina a partir de su correspondiente GAP, recogido en [8], que a su vez depende de la duración financiera de los activos y las deudas de la entidad.

             [8]

 

Siendo:

  el GAP de margen financiero

 

El efecto que variaciones en los tipos de interés pueden tener sobre el margen financiero depende del signo de su GAP, recogido esquemáticamente en el Cuadro 3.

 

                                                                         Cuadro 3

 

EFECTO SOBRE EL

MARGEN FINANCIERO

 

Aumento en los tipos de interés

Disminución en los tipos de interés

GAPI=0

No variación

No variación

GAPI>0

Reducción

Aumento

GAPI<0

Aumento

Reducción

 

 

d) GAP de rentabilidad

La rentabilidad la mediremos por el cociente del margen financiero entre los activos totales, recogido la expresión [9].

                                            [9]

Siendo:

R            la rentabilidad de la entidad. La notación restante ha sido definida anteriormente

 

El GAP rentabilidad es la sensibilidad de la rentabilidad de una entidad ante variaciones en los tipos de interés, que a su vez también dependerá de la duración financiera del activo y de las deudas, recogido analíticamente en la expresión [10].

                                      [10]

Siendo:

   el GAP de rentabilidad. El resto de la notación ha sido definida con anterioridad

 

De este modo el efecto que variaciones en los tipos de interés sobre la rentabilidad depende del signo del referido GAP, que aparece recogido esquemáticamente en el Cuadro 4.

 

                                                                         Cuadro 4

 

EFECTO SOBRE LA

RENTABILIDAD

 

Aumento en los tipos de interés

Disminución en los tipos de interés

GAPR=0

No variación

No variación

GAPR>0

Reducción

Aumento

GAPR<0

Aumento

Reducción

 

 

IV.2 Evolución de las variables de control

Seguidamente representamos gráficamente la evolución de cada una de las variables de control, a las que acabamos de referirnos, ante posibles escenarios alcistas o bajistas en los tipos de interés, dependiendo del signo que presente el GAP correspondiente y teniendo en cuenta los efectos recogidos esquemáticamente en los cuadros anteriores.

En los próximos gráficos, Gráfico 1 a Gráfico 4, en el eje de ordenadas recogemos, partiendo de una determinada situación inicial, los distintos valores que puede tomar la variable considerada ante diferentes movimientos en los tipos de interés, representados en el eje de abscisas, tanto aumentos como disminuciones.

Partiendo de un neto patrimonial de partida, N(0), en el Gráfico 1 recogemos la evolución de dicho valor ante posibles variaciones en los tipos de interés.

Gráfico 1

 

Partiendo del coeficiente de recursos propios, CRP(0), en el Gráfico 2 recogemos la evolución de dicho valor ante posibles variaciones en los tipos de interés.

Gráfico 2

Partiendo de un determinado margen financiero inicial, I(0), en el Gráfico 3 recogemos la evolución de dicho valor ante posibles variaciones en los tipos de interés.

Gráfico 3

 

Tomando la rentabilidad inicial, R(0), en el Gráfico 4 recogemos la evolución de dicho valor ante posibles variaciones en los tipos de interés.

Gráfico 4

 

V. Bibliografía

 

Banco de España (1992) Boletín Económico.

Fabozzi, F. (1996) Bond Markets, Analysis and Strategies, Prentice-Hall International Editions (3rd. Ed.)

Ferruz, L.; Portillo, M.P (1999) “Estrategias financieras de gestión de carteras con limitación de riesgo”, Actualidad Financiera, nº2, pp.19-35.

Ferruz, L.; Portillo, M.P.; Sarto, J.L. (2001) Dirección financiera del riesgo de interés, Ed. Pirámide, Madrid.

Portillo, M.P (1998) La Inmunización Contingente como estrategia de gestión del riesgo de interés. Tesis Doctoral, Universidad de Zaragoza.

Rayo, S.; González, M.J.; Martínez, C.; Frías, J. (1997) “Cobertura dinámica en renta fija mediante el método de aseguramiento de carteras de proporción constante”, Análisis Financiero, pp.72-85.

Redington, F. (1952) “Review of the Principle of Liffe-Office Valuations”, Journal of Institue of Actuaries, vol.18.

Samuelson, P. (1945) “The Effects of Interest Rate Increases on the Banking System”, American Economic Review, enero.