1) No entregues más información que
la estrictamente necesaria para recibir el producto que has comprado
(normalmente no existe motivo para que debas responder con tu
renta anual o tus ideas religiosas).
2) Nunca entregues datos confidenciales si no es
a través de un servidor seguro (que utilice SSL).
3) No envíes tu número de tarjeta
de crédito por correo electrónico.
4) Comprueba rutinariamente los certificados de
los sitios seguros a los que te conectas. De nada sirve SSL si
no se lo toma en serio.
5) Reclama tus derechos como consumidor.
6) Exige imágenes del producto que piensas
adquirir, al menos cuando sea relevante.
7) Exige información detallada y clara sobre
los precios.
8) Exige información sobre la forma de envío
y coste adicional.
9) Exige que te expliquen las condiciones de garantía
y devolución.
10) Busca la página sobre política
de privacidad del comercio, para saber qué se hace con
tu información privada, tanto la recopilada directamente,
suministrada al rellenar formularios, como la obtenida indirectamente
por tu navegación. Si no la encuentras, exígela.
11) No pagues en efectivo, ni con cheque, ni con
tarjeta de débito, mejor hazlo con tarjeta de crédito.
Es más seguro de lo que generalmente se cree y te ocasionará
menos problemas en caso de irregularidades con la entrega de
tu compra o fraude con tu tarjeta. Consulta con tu banco las
condiciones de resolución de disputas con el comerciante.
La entidad financiera de medios de pago te respalda. En caso
de fraude, el que tendrá problemas será el comercio
en el que se hizo la compra con tu tarjeta, y no tú.