Vivimos en una sociedad en
la que la
interacción de mensajes y la comunicación interpersonal
abarcan todos los campos de nuestra existencia. Esta catarata de mensajes, articulados
con signos de todos tipo, tiene como punto de referencia el sistema
verbal, la palabra, pero con constantes entrecruzamientos entre
otros niveles semiológicos sustitutivos de las señales
verbales. Se habla del proceso colonizador de la comunicación
social, cuyo dominio se ve representado actualmente por la televisión,
el cine y la publicidad. La publicidad representa la voz de la
sociedad de consumo que nos comunica, con la que nos comunicamos,
nos influye (o eso pretende), a pesar de nuestra actitud de mayor
o menor rechazo ante ella.