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Paper. Papel.



Parentesco. Relación entre individuos de nuestra especie, fundada en acontecimientos biológicos (parentela por consanguinidad) o rituales (parentela por matrimonio o afinidad) y a partir de la cual se definen formas particulares de interacción. Las leyes del parentesco varían considerablemente entre los pueblos primitivos y su estudio constituye un camino probado para el conocimiento de la cultura y la organización de aquellos. El estudio de mayor alcance y profundidad en el tema corresponde al antropólogo australiano S. Baring-Gould (The Great Principies of Kinskip), monumental obra científica que es considerada en algunas partes una síntesis de sus antecesoras y en otras una propuesta original, reveladora y definitiva sobre los verdaderos principios sobre los cuales descansan las relaciones de parentesco entre los hombres. En la conclusión de su obra (Tomo IV. Págs. 128-152) el Dr. Baring-Gould enuncia sus 'leyes fundamentales' (veinticuatro según la última edición), las cuales demuestran no solo la capacidad teórica de su autor sino su amplio manejo de la terminología científica. A los solos fines ilustrativos ofrecemos al lector una trascripción de algunas de estas leyes:

 

 

donde: H = hijo - P = padre - M = madre

 

 

donde: H = hijo - P = padre - T = tío - He = hermano

 

 

donde: H = hijo - P = padre - He = Hermano - Pr = primo

 

donde: Y = yo - He = hermano

 

Pobre. Individuo que por el solo hecho de coexistir con otros de similar condición, garantiza la supervivencia de una legión de empleados destinados a la asistencia pública, la vida decorosa de algunos cientos de trabajadores sociales y el buen pasar de unos cuantos jerarcas y consultores encargados de implementar políticas sociales con financiamiento exterior. Si además de ser pobre, trabaja, este simpático personaje asegura también la buena vida de sus empleadores, con lo cual se convierte en el mayor distribuidor de riquezas que haya conocido nuestra especie.



Poder. En tanto mecanismo, toda definición de una situación en virtud de la cual un individuo o grupo puede imponerse a otro individuo o grupo. En tanto relación, toda forma de interacción en la que del total de sus participantes unos  pueden imponerse a los otros más de lo que los otros pueden imponerse a los unos. El ejercicio del poder (o de la cuota relacional de poder) descansa no solo en la naturaleza de su ejecutor sino también, y en buena medida, en cierta disposición de parte de su objeto. Se ha sostenido así, que el amor y el temor operan positivamente a la ocurrencia del poder. Pero tales estados del espíritu resultan en todo caso condición suficiente, pero no necesaria, ya que el poder puede, en última instancia, prescindir de esos sentimientos.

Desde tiempos inmemoriales los filósofos se han preguntado sobre la justicia de las distintas formas de poder, y sobre la relación que tal carácter guarda con los estilos de su ejecución. En 1976 el historiador francés Michael Foucault echaba por tierra siglos de especulación filosófica sobre el tema al sentenciar: 'El poder es injusto, no tanto porque ha decaído respecto de sus más elevados ejemplos, sino porque no nos pertenece.'



Poder Etático. Término con que los juristas refieren a la capacidad regulativa y punitiva del Estado. Aunque a primera vista correcto, el concepto plantea en esencia un absurdo, desde que supone que es el Estado el que tiene un poder, y no el poder quien tiene un Estado.



Politólogo. Homínido de costumbres gregarias, que invade las ciudades mayores de 10.000 habitantes en época preelectoral. Si bien se esparce rápidamente en estas épocas, se ha observado una concentración mayor de especimenes en redacciones de periódicos y estudios de televisión. Pasadas las elecciones desaparecen rápidamente, hecho que ha preocupado a los hombres de ciencia durante mucho tiempo. Actualmente se sabe (G. Albertini. Vida y Costumbres del Politólogo. Tomo II. Págs. 2-64. Ed. 1988) que en los prolongados períodos que separan a una elección de otra, la especie permanece en un estado de profundo letargo, guarnecida en algunas oficinas del Estado o Centros de Investigación con apoyo externo, donde procura alimento y refugio. Numerosas colonias han sido también descubiertas en ciertos Departamentos universitarios, en donde, además de practicar su quinquenal hibernación, se reproduce (G. Albertini. La Reproducción del Politólogo. Págs. 15-18. Mimeo 1990).



Positivismo. Escuela filosófica que sostiene que en tanto hombres de ciencia, solo podemos decir que vemos aquello que vemos. Limitar de forma tan radical las pretensiones de esta casta de parlantes, siempre dispuesta a opinar sobre lo que no puede probar con las reglas que ella misma se ha impuesto, alentó la crítica más verborrágica que haya tenido noticia la filosofía de la ciencia en las últimas siete décadas. 

 


Post. Prefijo que significa distinto de lo que alguna vez fue bueno. Se opone a neo que significa más de lo que siempre fue malo. La creciente y reiterada utilización de ambos da buena cuenta del carácter de nuestra época.




Prejuicio. (Lit.: juicio anterior, o juicio previo) El término se utiliza como calificativo para designar todo juicio, acerca de una cosa, que se haya emitido sin respetar en su formulación, las reglas del sano juicio (que no son otras que las que dicta la ciencia moderna). Refiere por tanto, bien a juicios que se hallan emitido sin respetar regla alguna (prejuicios de tipo I), bien a juicios que surjan de la aplicación de reglas de conocimiento distintas a las del sano juicio (prejuicios de tipo II).

Los prejuicios han sido y serán combatidos siempre por la ciencia, en su afán de colaborar con el progreso de la humanidad. Todo prejuicio es un juicio no científico y por tanto es falso. En realidad esta última afirmación debiera considerarse un prejuicio, en estricta aplicación del método científico. En efecto, supongamos un fenómeno Z. Sobre él se podrán emitir muchos juicios, siendo la cantidad total, al menos teóricamente, determinable, de manera que exista un número equis (Ji) de juicios pasibles de ser emitidos respecto del fenómeno Z (de los cuales sabemos que solo uno es verdadero [Jv] y el resto [Ji - 1] son falsos [Jf1; Jf2; Jf3... Ji-1]). Siendo así, un prejuicio (PJ) sobre Z no es más que la elección por una de las Ji posibilidades, y el hecho de que el juicio escogido sea verdadero o falso se transforma en una cuestión de probabilidades. Concretamente P([PJ = Jv]) = 1/Ji. La diferencia entonces entre un prejuicio y un sano-juicio radica en que la probabilidad de que un prejuicio sea verdadero resulta siempre menor que 1 (P[PJ = Jv] < 1) en tanto existan 2 o más juicios pasibles de ser emitidos sobre el acontecimiento en cuestión, mientras que la probabilidad de que un sano-juicio resulte verdadero es siempre igual a 1, desde que la aplicación de las reglas del sano juicio conducen siempre a la verdad, afirmación que podría también válidamente considerarse un prejuicio, hecho que complicaría enormemente el razonamiento, a no ser que fuera deliberadamente pasado por alto, cosa que por razones de conveniencia nosotros también hacemos.




Prognosis. Conocimiento anticipado de un hecho. Se dice por lo general de la previsión meteorológica del tiempo. Sopena.



Prohibir. Impedir una conducta que por generalizada, amenaza con poner en riesgo al Interés General.



Propiedad. Derecho que enuncia que quien se hubiese apropiado en forma legítima de un objeto material de cualquier tipo o especie, puede conservarlo como suyo y disponer de él libremente.

Junto con los de libertad, igualdad y seguridad, el derecho de propiedad completa el conjunto de derechos naturales que fueron descubiertos a fines del siglo XVIII. El descubrimiento ocurrió en Francia, hacia el año 1789. Por aquella época cobraba fuerza entre los más distinguidos intelectuales del Reino, la hipótesis de que había algunos derechos, que lejos de surgir del arbitrio de los hombres emanaban de la propia naturaleza y por tanto eran trascendentes e imprescriptibles. A efectos de descubrir estos derechos se encomendó a varios integrantes de la Asamblea Constituyente -que originalmente tenía por cometido redactar una Constitución, no interrogar a los misterios de la naturaleza- reunir evidencia al respecto y elevar los resultados a la Asamblea para su discusión. Durante largas sesiones los honorables Asambleístas se dedicaron a la tarea, trabajando en dos grupos que según algunos estudiosos (Pillipe Guillot. Breve Reseña de la Obra de la Asamblea Constituyente de 1789. Tomo IV. pág. 715. Ed. 1812) constituyen el más claro antecedente de lo que tan solo cuatro años más tarde serían Jacobinos y Girondinos, en la Convención Francesa. Al cabo de algún tiempo ambos grupos habían llegado a sus conclusiones, las cuales eran contradictorias: mientras que para el primero, los derechos naturales eran libertad, igualdad y resistencia a la opresión, para el segundo eran propiedad y seguridad. En realidad era este segundo grupo quien no cedía en su posición, en tanto el primero había dado señales de admitir la inclusión de ambos conjuntos de derechos en el informe que se les había encomendado. En este estado de cosas -y cuando ya se descartaba la posibilidad de un acuerdo- intercedió un joven Constituyente en la disputa (Guillot cree reconocer en este personaje a Lafayette aunque Lautremont sostiene que se trataba de Brizot), quien en forma inconsulta negoció con el primer grupo la inclusión de la totalidad de los derechos y la elevación del informe con la voluntad unánime de los Asambleístas. Al enterarse de ello, los integrantes del segundo grupo inquirieron al falso representante de sus intereses, sobre la razón de sus actos. Este respondió:

Honorables Constituyentes:

No he sido nunca ajeno a vuestras razonables dudas sobre la conveniencia de tales derechos. Yo mismo participé de ese sentimiento durante algún tiempo. Pero he meditado largamente sobre el problema y finalmente surgieron en mi alma algunas ideas, que me impulsaron a obrar de la forma que me endilgan. Ahora yo les pregunto a ustedes: ¿Porqué habéis de temer a la igualdad, si este derecho no incluye la igual apropiación de los bienes? ¿Porqué temer a la libertad, si ésta termina donde comienzan los límites de lo que nos es propio? ¿Porqué dudar del derecho de resistencia a la opresión, si aquél no habilita a resistir el derecho de preservar aquello que nos pertenece?

El segundo grupo apoyó las negociaciones del joven Constituyente y el informe fue redactado en unanimidad, incluyendo los cinco derechos referidos. Tras un breve debate en la Asamblea, se consideró oportuno incluirlos en la Declaración de Derechos que serviría de prólogo a la Constitución en trámite de elaboración.



Proyecto de investigación. Forma administrativa, de uso regular entre sociólogos y otros científicos sociales, redactada con la finalidad de solicitar apoyo financiero del Estado u organizaciones extranjeras que se dedican a brindarlo.

Como se sabe, los períodos de producción intelectual de un sociólogo son sumamente escasos (muchos de ellos solo llegan a experimentarlo una vez en su vida; ¡muchos jamás llegan a pasar por una de esas etapas!) por lo que en el tiempo en que permanecen intelectualmente inactivos deben procurar su sustento de alguna forma, a riesgo de morir de inanición o tener que abandonar su oficio por otro más útil a la comunidad. Los organismos que prestan ayuda financiera atienden esta problemática, cumpliendo así una misión conservacionista.

Los proyectos de investigación son de fácil elaboración, limitándose a una serie precisa de ítems que deben ser abordados en forma resumida y estilo prefijado. Lamentablemente los formularios y demás impresos destinados a ser completados para la solicitud de asistencia financiera incluyen, junto con el espacio para exponer el proyecto, una serie de ítems complementarios que no resultan de tan sencilla respuesta, aunque el sociólogo puede recurrir en estos casos a la tradición consuetudinaria que con sus colegas comparte al respecto. La complejización del material impreso es por todos aceptada como forma de evitar que falsos sociólogos accedan a los medios formales para solicitar dinero, convirtiendo así a esta noble función social en un nido de oportunistas. Tras el envío de un proyecto de investigación, y su aprobación por parte de la institución benefactora, se concede el dinero con la solicitud al beneficiario de que en un determinado lapso de tiempo eleve un informe sobre los resultados de su inactividad durante el tiempo en que disfrutó de la asistencia. Estos informes suelen ser luego publicados y sirven a la institución patrocinante para probar ante el fisco que no se dedica a promover obras de interés intelectual y social (de las cuales obtendría, seguramente, un provecho o beneficio propio) sino a aquella labor de beneficencia, con lo que es exonerada de impuestos.