Operaciones pasivas de los bancos

III. Depósito administrado de títulos

 

Inversión en activos financieros de deuda pública

 

El Estado o las Comunidades Autónomas emiten activos financieros de deuda para financiarse, tanto a corto como a medio y largo plazo, colocándolos entre el público, que obtiene una remuneración que conoce de antemano, es decir, los inversores perciben una rentabilidad fija que puede expresarse, bien como cupón o intereses: un tanto por ciento sobre el nominal pagadero según las condiciones de la emisión, anual, semestral, mensual, etc., o el caso particular del llamado cupón cero, en el que el inversor percibe los intereses de una sola vez, en el momento de la emisión, o al vencimiento del activo; o bien como primas de amortización o primas de emisión: en las primeras, el emisor del título paga un porcentaje por encima del nominal al vencimiento, en las segundas el emisor realiza un descuento respecto del nominal, independientemente de que perciban cupones periódicos o no.

Cuando la deuda pública está emitida por un estado solvente, existe poca probabilidad de que deje de pagar sus deudas. En la actualidad, la deuda pública española se encuentra clasificada dentro del grupo de mejor calificación respecto a garantía y capacidad para cualquier inversor del mundo.

En este tipo de producto, es necesario prever el tiempo que se desea mantener la inversión, puesto que para un plazo de año o año y medio lo apropiado sería colocar el dinero en una Letra del Tesoro, que en renta fija sufre menor variación, o adquirir cesiones temporales de activos, aquellos en los que el banco vende sus carteras de activos a plazo, comprometiéndose a recomprarlos al cliente, en una fecha anterior al vencimiento de los mismos.

Si la inversión elegida es a medio o largo plazo, los activos indicados son Bonos y Obligaciones del Estado y en este caso hay que tener presente, que el valor de mercado fluctúa, con lo que si los tipos de interés suben, la renta fija ya emitida baja, y caso contrario, si los tipos bajan, la renta fija sube, por lo que si es necesario vender el título antes del vencimiento, puede suceder que el precio de venta resulte inferior al precio de adquisición

 

Letras del Tesoro           

Son títulos de deuda emitidos al descuento, esto es, su valor nominal es de 1.000 euros pero su precio efectivo de adquisición es inferior, los intereses son, por lo tanto, la diferencia entre lo pagado y el valor nominal que se recibe a la amortización de la Letra, o entre el precio de compra y el precio de venta, si se venden antes de vencimiento.

Los vencimientos son a 3, 6, 12 o 18 meses, si bien, los dos primeros términos se reservan para los inversores institucionales y para subsanar las necesidades de liquidez del Estado.

Son valores muy seguros y gozan de total liquidez ya que el inversor puede colocarlas en el mercado secundario en cualquier momento.

La deuda pública está representada en forma de Anotaciones en Cuenta en la Central de Anotaciones del Banco de España.

 

Bonos y obligaciones del Estado

Son activos financieros, que emite el Tesoro Público, con un nominal de 1.000 euros, con el objetivo de obtener financiación a largo plazo. En España, los bonos se emiten a un plazo de vencimiento de 3 y 5 años, y las obligaciones a 10, 15 y 30 años.

La deuda a medio y largo plazo, a diferencia de lo que ocurre con las Letras del Tesoro, tienen fijado un interés nominal anual explícito, que determina el Tesoro Público con anterioridad a cada emisión, en función de la coyuntura del mercado, y estos cupones se abonan anualmente en las fechas establecidas para cada emisión.

Son títulos que gozan de plena solvencia y seguridad, así como de máxima liquidez en el mercado secundario.

 

Cesiones temporales de activos

Son depósitos instrumentados en Deuda Pública, Letras del Tesoro, Bonos u Obligaciones del Estado pertenecientes a la cartera de un banco, y que mediante la cesión, un inversor adquiere temporalmente un título de deuda con el compromiso de deshacer la operación, en un plazo determinado, a un día, a una semana, a varios meses, normalmente no superior al año. 

En definitiva, el vendedor cede temporalmente los títulos de deuda, adquiriendo una alternativa de financiación más económica que, un préstamo, por ejemplo. El comprador a cambio recibe unos intereses durante el periodo de tiempo pactado, y al final, el banco vuelve a comprar esos títulos pagando el precio estipulado al poseedor del depósito, por lo que la remuneración de éste no se ve afectada por las variaciones del mercado.

La garantía de estos depósitos es mayor que en la ofrecida en las imposiciones a plazo, puesto que en éstas, el riesgo asumido de no recuperar el capital, es la posible quiebra del banco, mientras que en las cesiones temporales de activo, aunque el banco quebrase, el inversor dispone de los valores de Deuda Pública como garantía de la devolución del principal.

Igualmente para la entidad, no implica ningún riesgo ya que el margen que le proporciona es la diferencia entre el tipo de interés percibido por el título cedido con el compromiso de recompra, y el interés pagado al adquiriente del depósito.

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