La performance y sus medidas

I Concepto y sentido financiero de la performance.

La performance es un concepto habitual en la literatura relacionada con la gestión de carteras formadas por activos financieros. La traducción literal de este anglicanismo permite obtener varios sinónimos, entre los que destacan, el sentido de resultado o rendimiento. De esta manera, en un intento inicial de explicación de la performance de un activo o de una cartera, podría hablarse de la rentabilidad ofrecida por ésta o por aquél.

Sin embargo esta identificación no es suficiente al observar el tratamiento que de la performance se realiza en la literatura. De hecho, al hablar de performance no sólo se hace referencia al rendimiento de una inversión financiera sino también al nivel de riesgo que soporta. De esta manera, el estudio se confecciona en base a un análisis bidimensional de los dos elementos que se han estado analizando en los dos primeros capítulos en el ámbito de los principales modelos de formación de carteras y de equilibrio de los mercados.

Con los dos componentes rentabilidad-riesgo el estudio de la performance queda completo. Como se observará a continuación, destacados autores han formulado diferentes índices denominados medidas de performance, con el objetivo de condensar los dos valores relevantes en un único valor. Dichas medidas surgen fundamentalmente a partir del C.A.P.M., sin embargo, el tratamiento es notoriamente diferente, ya que, mientras el modelo de valoración de activos pretende demostrar un equilibrio a priori, las medidas de performance se utilizan para determinar la bondad de la gestión de las carteras en el pasado, por lo tanto, a posteriori.

Precisamente, el objetivo de las medidas de la performance es éste, determinar la capacidad de los administradores de una cartera formada por activos financieros en base a su rentabilidad y a su nivel de riesgo.

Por otro lado, más importante que ofrecer una medida de performance para las carteras financieras es determinar una clasificación de dichas carteras en base a la habilidad de los gestores. Por lo tanto, el objetivo es aplicar las medidas de la performance a un conjunto de carteras para establecer un ranking de valoración de su gestión.

Para establecer una clasificación de valoración de las gestión de carteras financieras, existen algunos casos en los que es inmediato determinar si una cartera ha estado mejor gestionada que otra:

- Cuando una cartera presenta una rentabilidad media superior a otra y su nivel de riesgo es inferior o igual a ésta, se puede determinar que la primera cartera ha sido mejor gestionada que la segunda.

- Si una cartera soporta un riesgo inferior a otra y la rentabilidad media que ofrece es superior o igual a ésta, la primera cartera ha sido mejor gestionada, igualmente.

Para el resto de comparaciones que no se encuentran encuadrados en estos casos resulta necesario aplicar una expresión matemática que permita, a partir de los valores de rentabilidad media y de riesgo, obtener un determinado valor de performance para cada una de las carteras y, a partir de los valores obtenidos para cada una de las carteras del conjunto analizados, diseñar una clasificación completa.

En este sentido, estas expresiones matemáticas deben considerar, al menos, a los dos elementos considerados relevantes, tal que:

Performance = P (Rentabilidad; Riesgo)

Manteniendo, como es natural, la racionalidad de los inversores en sentido de Markowitz, es decir, que la rentabilidad media es un elemento deseado por el inversor y el riesgo no, cualquier medida que pretenda valor la performance debe cumplir que:

Es decir, una cartera estará mejor gestionada conforme aumente la rentabilidad media que ofrezca y lo estará peor conforme crezca su riesgo medida de cualquiera de las maneras vista en los dos primeros capítulos.


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