Indices bursatiles y analisis financiero de la volatilidad

I Principales cuestiones que plantea el estudio de la volatilidad

La introducción de los mercados de derivados y su progresiva mayor importancia, la mayor importancia de la diversificación financiera internacional, la llegada del euro, la cada vez más relevante inversión de los particulares en los mercados de renta variable, y en particular en el español, etc. son algunos de los factores que explican el creciente interés en el estudio y modelización del comportamiento de la volatilidad de los activos financieros. En este contexto, el presente estudio pretende ser un análisis financiero riguroso de la volatilidad del índice IBEX-35 que en alguna de las formas en que se presenta puede considerarse como un activo financiero propiamente dicho y es, por ende, susceptible de ser estudiada independientemente.

De hecho, con las últimas innovaciones en Finanzas, la volatilidad implícita (que será definida oportunamente en la capítulo segundo) se convierte en un activo que puede ser intercambiado por los agentes económicos y que tiene por sí misma una función de distribución de rendimientos. Así Merton (1973) o Baird (1993), entre otros destacados autores, identifican las variaciones del rendimiento de una cartera de opciones ante cambios en la citada volatilidad implícita.

No obstante, no se trata sólo en este estudio de la modelización de la volatilidad implícita sino de dar un enfoque global a los muy diversos tipos de volatilidad y su influencia en la volatilidad de los activos financieros, al mismo tiempo que se proponen estrategias de inversión que optimicen el binomio rentabilidad-riesgo, acercando al inversor a la frontera eficiente, cosa no siempre evidente para un inversor privado.

El primer objetivo de estos capítulos es precisamente el estudio y modelización de todos los tipos de volatilidad del principal índice bursátil español. Se pretende en suma una mayor comprensión de la volatilidad en sus muy diversas formas, y superar la concepción clásica de la volatilidad como mero parámetro descriptivo de la distribución de rendimientos del activo de que se trate.

En efecto, esto es algo que debe quedar muy claro a la hora de abordar el estudio de la volatilidad, la misma no es un mero factor descriptivo de la función de distribución de la rentabilidad de los activos financieros, antes al contrario, puede considerarse per se un activo, y las asunciones clásicas de los modelos valorativos que implicaban la constancia de la misma, quedan en entredicho con los últimos hallazgos, y sobre todo a raíz del desarrollo de los modelos estadísticos ARCH que se explicaran en la capítulo 5.

Los diversos modelos especificados van a permitir, entre otras cuestiones, suscitar algunas interesantes reflexiones y dudas sobre aspectos troncales de los principales modelos de valoración de opciones (Merton, 1973, Black Scholes 1973, Cox Rubinstein, 1985, entre otros destacados autores) como consecuencia de la variabilidad de la propia volatilidad. Asimismo, sobre la idea de eficiencia de mercado (Fama 1970, Copeland y Weston 1988, Reinganum 1991, Fama 1991 y otras destacadas aportaciones) también se generan reflexiones importantes dado que entendemos que en nuestro estudio se detecta evidencia empírica suficiente de que la volatilidad en un período no es independiente de la registrada en períodos anteriores.

El segundo objetivo de estas capítulo es el estudio de la influencia de los diversos tipos de volatilidad sobre el propio índice. Se estudia la posible existencia de una asimetría precio-volatilidad, es decir, que una mayor volatilidad influya inversamente sobre el valor del IBEX. A priori, se puede pensar que un incremento de la volatilidad provocará un retraimiento de algunos inversores debido al mayor riesgo que comporta la mayor volatilidad para el capital invertido y que, por tanto, períodos alcistas en precio deberían en buena lógica ir acompañados de períodos de baja volatilidad. Se podrá comprobar a lo largo de este estudio que esto es cierto sólo en determinados supuestos.

En los últimos ejercicios bursátiles (99-2000) hay suficiente evidencia empírica para afirmar que en determinados supuestos la volatilidad no sólo no es asimétrica respecto al precio sino que además se comporta en la misma dirección tal y como se apuntaba en el trabajo de Ferruz y Rivas (1998, págs. 22-35). En efecto, el gran tirón bursátil entre Noviembre de 1999 y Abril del 2000 se produjo en medio de un notable incremento de la volatilidad, mientras que la corrección, al menos en sus primeras fases se vio acompañada de una reducción de la misma.

Tal vez este efecto se deba a la propia naturaleza de la subida bursátil, provocada por la efervescencia valorativa de las acciones tecnológicas, o al menos a las que el mercado así consideraba, tradicionalmente acciones de un elevado componente de riesgo. En cualquier caso, fuera este o no el motivo, lo cierto es que cada vez existe una mayor evidencia empírica de que el mercado bursátil no es necesariamente asimétrico en el comportamiento del precio-volatilidad.

El tercer objetivo, lo constituye la verificación de los cambios que la introducción de un mercado organizado de derivados financieros de renta variable ha podido causar en el mercado. También se apuntarán, aunque sea pronto para ser analizadas, las consecuencias de los cambios en la composición de los índices y como ello puede afectar al propio racional del comportamiento de la volatilidad. Se analizan las relaciones explicativas de las diversas variables, y si han cambiado como consecuencia de la aparición de estos nuevos productos. En este contexto, a lo largo de este estudio, es posible verificar los importantes cambios acaecidos en la relación precio-volatilidad en los últimos años.

El cuarto objetivo es el estudio de las relaciones de la volatilidad de nuestro índice con la de otros índices bursátiles internacionales, así como con la volatilidad del mercado español de renta fija. Se trata, en suma, de comprobar si los importantes avances y la mayor tecnificación del mercado de renta variable español han hecho a su vez, que la volatilidad del mismo siga las mismas pautas de los principales mercados internacionales.

En este sentido, la explicación de la racionalidad financiera de algunos instrumentos sobre otros y la aportación de interesantes estrategias a la hora de realizar la diversificación internacional sobre todo para los inversores particulares, constituyen una de los principales objetivos de estas capítulo.

También se demuestra que la visión que los inversores extranjeros tienen de nuestro mercado como un mercado volátil y muy influenciado por factores internos no se sostiene ya en la actualidad.

Dicho esto, también es necesario aclarar que la propia composición del IBEX que posteriormente se especificará hace que el mismo dependa, tal vez en exceso, de un reducido número de compañías, y que en algunas ocasiones tenga un comportamiento muy ligado al devenir bursátil del grupo empresarial Telefónica.

En este contexto de instrumentos financieros de renta variable como subyacentes, tras la creación del mercado español de opciones sobre IBEX cotizando dentro del Mercado Español de Futuros Financieros (MEFF), han ido apareciendo nuevas opciones sobre otros instrumentos distintos del propio índice. Concretamente, acciones que a su vez están incluidas en el IBEX. En este sentido, también se estudia la volatilidad de las acciones incluidas en el IBEX, comprobando como se interrelacionan sus volatilidades y las del índice.

Es importante aclarar que a la hora de efectuar una diversificación adecuada, el conocimiento de la interrelación de las volatilidades de los diversos sectores (o acciones individuales) permite al inversor mejorar los criterios de rentabilidad-riesgo que deben regir en su ecapítulo financiera. Se puede afirmar que, de la misma manera que ocurre en el caso de la rentabilidad, existen comportamientos dispares en volatilidad entre los diversos sectores, que al combinarse dentro de una cartera de inversión permiten reducir el riesgo global de la misma.

Una vez conocidas tanto la relación de las volatilidades del IBEX con la de las acciones que lo componen, pero sobre todo con la de otros mercados, se podrá estudiar a su vez la importancia de la diversificación nacional o internacional a la hora de reducir el riesgo de la inversión en una cartera de valores. Esto permite relacionar este trabajo con los estudios tanto de Solnik (1974), entre otros destacados autores, sobre diversificación internacional, como del propio Sharpe (1970) y otros autores sobre la disminución del riesgo no sistemático de una cartera.

Como quinto y último objetivo, pero no por ello menos importante se busca la obtención de relaciones estables entre las diversas variables estudiadas, que sean útiles a los agentes participantes en el mercado y permitan una explicación adecuada de una variable tan difícilmente modelizable por sus características intrínsecas como es la volatilidad.

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