Cuando se racionaliza la percepción, en el sentido de suplir de medios la célula social, raciocinando como hacerlo, para conseguir lo que se quiera, hay de se tener la finalidad. Podremos, pues, firmar que la necesidad material, genera la finalidad en satisfacerla, pero, ambas, son del dominio de la mente humana. Ese es el curso natural de los acontecimientos para que vengan los medios patrimoniales o riquezas. Puede ocurrir, eventualmente, por exclusión, que algunos medios vengan sin que la necesidad se tenga manifestado objectivamiente sobre elles, pero, casi siempre, son inopinados o no motivados(como ejemplo una donación, una oferta, una subvención inesperada).
Eso sugiere admitir que existen medios "naturales" u "ordinarios" y medios "no naturales" "antinaturales" o "extraordinarios". Cuando aparece la riqueza, por consecuencia de la acción humana directa o indirecta, la finalidad, generada en la mente materializase. Podremos, pues, decir que la finalidad en suplir las necesidades de las células sociales tendrán por naturaleza, por materializarse en la riqueza. Los medios patrimoniales, todavía, deberán ser útiles, no bastando que sean poseídos y esa es una forma de plenamente considerar tales recursos. La utilidad de una cosa no depende de que sea propiedad de ella. Poco adelanta tener un dinero por recibir de un comprador se elle no pagarnos y ni tiene medios para liquidar tal deuda.
Cuando se usufructuar la utilidad, entonces, sí, es posible decir que los elementos de la riqueza cumplen la función para la cual fueran formados. La función es el ejercicio o utilización del medio patrimonial.
Cuando bien utilizada, la riqueza ejerce en pleno, su función y al satisfacer la necesidad es eficaz. La eficacia es, pues, la anulación de la necesidad. Si la función no resulta en anulación total que se necesitaba no se puede decir que lo provecho fue total y en ese caso ocurre la ineficacia. Ineficacia es la anulación parcial o la no-anulación de la necesidad.
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