La PYME ante la globalización de la economía

III La empresa española ante la integración económica

 

Para desarrollar el presente epígrafe nos basaremos en un estudio realizado por J. Collado (1994), donde analiza el tema de la integración en la CE y sus efectos en las industrias españolas. Destacaremos de éste dos aspectos que definen el comportamiento de los empresarios frente a la globalización. El primero, es el grado de expectativa de las empresas españolas ante la integración (ver gráfico 2.1.), para ello se utilizan tres encuestas: una sobre el impacto del mercado único (1987); otra sobre el impacto de la adhesión (1991) y la última acerca del impacto del mercado único (1991). Los resultados revelan, en términos generales, que en promedio más del 50% de los encuestados consideraban que la integración sería positiva para el sector empresarial; quienes pensaban que representaría un impacto negativo sólo alcanzaban en promedio algo más del 15%.

 


Otro aspecto de interés que considera el estudio, es un análisis de la valoración de la posición competitiva de la empresa española frente a la integración (ver gráfico 2.2.). en este aspecto, el 11,5% de las grandes entidades consideran que poseen una posición competitiva muy fuerte y un 60,6% estima que su posición es fuerte; en el caso de la mediana empresa, estas cifras son 10% para una posición muy fuerte y 50% para una fuerte; ahora si observamos los valores correspondientes a la pequeña empresa, veremos que descienden a un 5,5% para una posición muy fuerte y 35,7% para una fuerte competitividad. Claramente se aprecia como a medida que disminuye el tamaño de la entidad, menor es su competitividad frente a la integración. No es extraña esta situación si consideramos las debilidades estructurales (comentadas en el capítulo I) que afectan a la PYME. Además frente al proceso de globalización las medianas y pequeñas unidades económicas presentan numerosas desventajas en comparación con la gran empresa.

 

 

Una vez que la PYME desarrolle actividades destinadas a fortalecer su posición competitiva, deberá plantearse la posibilidad de internacionalizarse, tal vez orientada por la pérdida de cuotas de mercado a nivel local o en mercados exteriores donde ya no posee una alta competitividad, o simplemente como una política a largo plazo destinada al desarrollo de la entidad.





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