Lección de:

Control de gestión

Valor de rendimiento

Los problemas a los que se ha hecho referencia al hablar del VNNC hacen que hoy en día se asuma que no existe otro modelo de valoración más eficiente que el basado en los flujos de renta (MRV). Ello no significa que no se puedan utilizar los otros métodos de valoración, lo que quiere decir es que, hasta el momento(*), constituye la forma más perfeccionada de hacerlo.

(*) Hoy día ya se están proponiendo nuevos métodos basados en la valoración de opciones "reales". Amram, M y Kulatilaka, n (2000)

Esto se debe a que la renta empresarial depende tanto de la capacidad de la empresa para aunar los recursos humanos y físicos como puede hacerlo de los capitales en funcionamiento, pues éstos difícilmente pueden ser productivos y rentables sin un encaje adecuado en la organización. De aquí se sigue que será mejor valorar la empresa a partir de los flujos de renta generados por el conjunto de capitales económicos, ya que los mismos tienen en cuenta la capacidad organizativa y, en cualquier caso, consideran los factores de carácter intangible que a ellos contribuyen. En otras palabras, las rentas son el resumen valorado de los capitales físico e intelectual.

El valor calculado basándose en las rentas puede ser superior o inferior al valor analítico, según como se haya desenvuelto la organización, siendo la diferencia entre uno y otro, el valor de los elementos intangibles o capital intelectual, lo que tradicionalmente se ha englobado bajo el nombre de "Fondo de comercio", positivo o negativo.

El modelo MRV se sustenta en la ecuación 1 ya vista y los diferentes métodos que de él se derivan se diferencian entres sí, sobre todo, en el tipo de renta utilizada, pudiendo ser ésta el resultado (RTDO), los dividendos (DIV) o los flujos de tesorería (FT).

Si bien la actualización de los beneficios ha sido un criterio muy utilizado, las críticas achacadas a la magnitud RTDO, muy susceptible de ser modificado con fines concretos, y los ajustes que la aplicación del mismo ha requerido por ello, ha dado lugar a una clara preferencia por la actualización de los FT, sobre todo por que éstos son la consecuencia de las inversiones de la empresa y permiten así determinar una rentabilidad económica correcta, es decir, recogen el impacto de la inversión a lo largo del tiempo, cosa que no hace el RTDO, que nos lleva a calcular la rentabilidad de la inversión existente en el ejercicio, al margen del impacto que ésta tenga en el futuro de la empresa. Tal y como Copeland, Koller y Murrin (1996; 71) sugieren, "la tesorería es el rey" a la hora de valorar o analizar la empresa.

Por otra parte, la valoración por actualización de los DIV es un método de inversionista, más que de valoración de la empresa para ejercer control, por lo que también se trata de un método limitado en su aplicación. Como consecuencia de lo que acabamos de decir nos centraremos en conocer cómo valorar una empresa por actualización de los FT (DCF).
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